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5 pasos vitales para liderar la educación financiera en tu familia. Empieza hoy mismo

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La educación financiera familiar, está a horas luz de lo que debería ser, ser entendida, y practicada.

Empieza como todo, por uno mismo, por las familias. Tendemos a echarle la culpa a la sociedad, al gobierno, a las escuelas, a los maestros.

Lógicamente es mucho más fácil que afrontar cada uno, sus propios miedos, a no saber dominar esta asignatura pendiente de la educación financiera.

Dentro de nuestros hogares, y junto con nuestra familia, muchas veces se empieza con el tema de la educación financiera, y poco a poco, se va olvidando.

Lo mejor de ello, es que, si se practica, durante más de 21 días, puede llegar a convertirse en un hábito, en un muy buen hábito, pero para ello, debemos tener el aporte de nuestra pareja, o de las personas con las que convivamos.

Debe existir un líder, y poner los puntos y las reglas sobre la mesa, para ello, hoy te doy 5 pasos fundamentales que sé que funcionan, pues hace mucho tiempo que los estoy utilizando personalmente, para que puedas empezar a liderar la educación financiera desde hoy mismo dentro de tu familia.

1. Balance de gastos e ingresos, y presupuesto familiar
Hacer un estudio exhaustivo de los ingresos y gastos mensuales, de ello tienes referencia en el post pasado. Una vez hecho, acordar un día para mantener una reunión de educación financiera en tu casa. Seguro, que la primera reacción, serán unas sonrisitas, pero cuando vean que van en serio, y se comprometan a guardar estas horas, para hacer este ejercicio, les va a parecer un tema suficientemente serio y necesario. Debemos contar con el compromiso de todos los miembros de la familia, es importante que ese día y esa hora sea inamovible, bajo ningún pretexto o excusa. Cada mes tendremos el último sábado marcado, para hacer reunión de educación financiera familiar.

2. reunión de Educación Financiera familiar
El día de la reunión de educación financiera, presenta los estados de cuentas lo más detallados. Lo que se gasta en suministros, combustibles, impuestos, caprichos, comidas, seguros, hipotecas, créditos, gimnasios, etc… en un excel, bien entendible, y si hace falta con colores, y te darás cuenta de cómo de lejos estaba tu familia de conocer los gastos reales de vuestra economía familiar.

Antes era un tabú hablar de dinero en casa, con los chicos. Hoy es necesario, y debería ser obligatoria. No podemos esperar a hablar de dinero, y de educación financiera con nuestros hijos cuando tengan 20 años.

3. Plan de ajustes de gastos
Realizad conjuntamente un plan de ajuste de gastos, y que cada integrante de la familia, por turno de palabra, diga lo que puede aportar para disminuir su parte de gasto, y para aumentar los ingresos. Elaborar un presupuesto mensual, para los próximos 30 días, aportará más compromiso, y seguramente más involucración por parte de toda la familia. Debemos intentar convertirlo en un juego. Todo debe quedar debidamente anotado, y al terminar la reunión de educación financiera, cada uno debe tener una copia, para poder ir controlando sus compromisos, y los de los otros.

4. Seguimiento de avances, y recordatorios
Es muy importante que durante el primer mes, estés encima diariamente recordando los compromisos, a los integrantes de la familia, para que se convierta en hábito, y se acostumbres. Recuerda que las costumbres arraigadas desde niños, nos cuestan mucho de cambiar.

5. Reuniones mensuales de educación financiera familiar
En la segunda reunión de educación financiera, pasado el mes desde la primera, deberás coger, el estado de gastos pasado, y hacer la comparación con el actual. Habrán muchos gastos que son bimensuales, pero los concernientes a combustibles, restaurantes, caprichos, bares, parquímetros, comisiones bancarias, tabaco, horas de jardinero, horas de ayudante de limpieza, etc…, pueden medirse diariamente, con lo que verás bajar la columna de gastos satisfactoriamente.

De igual manera si se ha contribuido a generar ingresos, también debe de reconocerse y apuntarse para las próximas reuniones de educación financiera.

El dinero, que hayamos conseguido ahorrar, se ingresará en una cuenta, a la que llamaremos cuenta de ahorro e inversión. Esta cuenta se utilizará para empezar a invertir con pequeñas cantidades, a inversiones de bajo riesgo, y mensualmente se pasarán los resultados a la familia.

Lo más importante de este ejercicio de educación financiera es que el líder que lo vaya a gestionar, esté convencida o convencido, de que desea con todas sus ganas, empezar a dar a su familia una educación financiera diferente, y acostumbrar a un nuevo estilo de vida, para que en un día no muy lejano, puedan mantener todos estos gastos, sin problema, desde lo que en un primer día fue su pequeña cuenta de ahorro e inversiones, por lo que deberá animar, apoyar, premiar, y motivar a todos los miembros, y liderar con un ejemplo claro, y dinámico.

Por: Marta Bergadà

Cómo administrar tus finanzas en el 2020

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Administrar tus finanzas de manera responsable no sólo tiene que ver con asegurar el futuro, sino con alcanzar objetivos a corto, mediano y largo plazo.

Haz de estos consejos los 9 mandamientos de tu vida financiera. Y conviértete en todo un inversionista.

  1. Dedícales tiempo a tus finanzas. Construir un patrimonio requiere disciplina, constancia y sobre todo, tiempo.

Comienza por leer sobre el tema, para entender cómo funciona el dinero. Hay libros muy buenos para inversionistas novatos, como Padre rico, padre pobre, de Robert Kiyosaki

Además, dedica por lo menos una hora por semana a revisar y analizar tus finanzas. Comienza por calcular el valor de tu patrimonio: resta al total de tus activos (aquello que posees, como dinero en efectivo, bienes inmuebles, etc.) todos tus pasivos (préstamos, créditos, saldos de tarjetas de crédito, etc.). Este ejercicio te ayudará a reconocer en qué posición financiera te encuentras.

  1. Elimina deudas.Endeudarse, significa comprometer tus futuros ingresos.

Aprovecha los aumentos de sueldo, bonos, o fondos de ahorro que recibiste a fin de año para quitarte deudas de encima. Si sientes que estas en una situación sin salida, pide ayuda. Ponte en contacto con tus acreedores y explícales la situación, son los más interesados en encontrar la manera de que les pagues. Buscar orientación con tu institución financiera, agencias de protección al consumidor, familiares y amigos de confianza. Es muy importante que seas muy sincero y realista con el acreedor, y contigo mismo, a la hora de fijar la suma que pagarás mensualmente. Y la próxima vez que te tiente la idea de endeudarte, recuerda que el dinero debe trabajar para ti. Y no tú para él.

  1. Arma tu presupuesto.Si eres de los que termina la quincena en rojo, algo anda mal en tu planificación. Y seguro se trata del llamado "gasto hormiga", esos despilfarros pequeños e innecesarios.

Ayúdate con un presupuesto personal. Apunta durante un mes todos los gastos. Entre más detalles, podrás darte cuenta de mejor manera cómo debes modificar tu patrón de consumo. Te sorprenderás todo lo que gastas en cosas sin importancia.

Luego suma los gastos fijos, ya sean mensuales (renta, teléfono, colegiaturas) o aquellos con una periodicidad (impuestos, seguros, etc.), de los que debes calcular su cantidad mensual correspondiente. Una vez consolidados tus gastos, analízalos y elimina aquellos que consideres superfluos.

Finalmente, haz una distribución de tu sueldo del próximo mes de acuerdo a tus prioridades. No olvides destinar un porcentaje al ahorro, en lo posible no menos del 10%. Considéralo un gasto fijo en tu presupuesto. 

  1. Endéudate sólo para construir patrimonio. Solicita un crédito para adquirir bienes, como un auto o una casa "que te ayuden a consolidar tu patrimonio", pero evita hacerlo para comprar electrodomésticos o tomarte vacaciones lejos de tus posibilidades. Ten en cuenta que la cuota del crédito no debe superar del 20% al 30% de tus ingresos.

Especialistas recomiendan tener en cuenta los siguientes puntos:

- Un crédito afectará todos los aspectos financieros de tu vida. Asegúrate de que puedes pagarlo.
- Considera el costo total del crédito, incluyendo gastos de apertura, comisiones, etc., y tómalo como un costo fijo que debes incluir en tu presupuesto.
- Al recibir tus ingresos, lo primero que tienes que hacer es separar la cuota del crédito que debes pagar.

  1. Controla tus tarjetas de crédito.Con las tarjetas de crédito, y la posibilidad de hacer pagos mínimos, la gran tentación es gastar el dinero que no se tiene. Pero por lo general se olvida que los intereses anuales de una tarjeta pueden llegar al 60.

Una tarjeta debe ayudarte a facilitar el pago de tus gastos y a aprovechar ofertas. Por eso la manera más inteligente de usarla es pagar el total de la deuda. Ten mucho cuidado con las famosas "cuotas sin intereses", por ejemplo, si te embarcas en planes de 18 meses para los regalos de navidad, ¡el próximo año seguirás pagando los gastos de estas fiestas! No te dejes bombardear por las ofertas de instituciones financieras y maneja máximo dos tarjetas de crédito. Usa una para llevar un mejor control de tus gastos y aprovechar los beneficios de programas de membresía. Conserva otra para salir de imprevistos, como la pérdida, robo o clonación de tu plástico principal.

  1. Asegúrate.Un seguro es una inversión, no un gasto. Debes cuidar tu patrimonio contra imprevistos. Y ni hablar si se trata de la salud. Además, enfrentar una emergencia o situación catastrófica puede quebrar un patrimonio de años.

Para entender cómo funciona un seguro, los puntos más importantes son:

- Suma asegurada. Es el total de gastos que cubrirá tu seguro.
- Cobertura. Enfermedades, tiempos de espera y hospitales incluidos en tu seguro.
- Deducible. Es un monto fijo de dinero que el asegurado debe pagar al momento de recibir cobertura por un siniestro.
- Coaseguro. Es el porcentaje del costo total del siniestro que queda a cargo del asegurado.
- Servicios asistenciales. Beneficios extra, como traslado en ambulancias y honorarios médicos a precios preferenciales. 

Para adecuar el costo o prima de un seguro a tu presupuesto, "juega" con factores como la suma asegurada, el deducible y el coaseguro. Analiza tu capacidad de pago y con qué respaldo cuentas en caso de un imprevisto. Y muy importante: contrata con compañías legalmente establecidas. 

  1. 7. Ahorra con una meta. El dinero debe ser un medio para ayudarte a alcanzar un objetivo, y no un fin.

Tu objetivo puede ser desde cambiar el modelo de tu auto el próximo año hasta entregar el enganche de tu departamento en tres años. Una vez establecida esa meta, y con base en tu presupuesto, debes diseñar un plan financiero para alcanzarla que incluya los siguientes puntos:

- Objetivo de la inversión (¿para qué quiero el dinero?).
- Plazo (¿en cuánto tiempo quiero reunirlo?).
- Capital inicial (¿con cuánto dinero puedo empezar?).
- Instrumentos de inversión (¿cómo voy a maximizar el rendimiento de mis ahorros?). 

El broche de oro es tener la disciplina para seguir esa estrategia de inversión. Para ayudarte, hay operadoras y distribuidoras de fondos de inversión.

  1. Pon tus ahorros a trabajar.No dejes tu dinero debajo del colchón y haz que te genere un rendimiento, aunque sea mínimo. Puedes invertir en instrumentos financieros, en un bien de capital o hasta en ti mismo como por ejemplo un diplomado.

Si ya te decidiste por una institución financiera, no te quedes en las tradicionales cuentas de inversión a plazo. Los fondos o sociedades de inversión pueden darte rendimientos más atractivos. Lo importante es que definas cuáles son los recursos que puedes invertir, qué metas quieres alcanzar y qué riesgos estás dispuesto a correr. Acércate a las instituciones financieras para que te ayuden a definir tu perfil de inversionista y a tomar las mejores decisiones.

  1. Diversifícate. Si estás decidido a formar parte de en un fondo de inversión, lo mejor, siempre que tu capital inicial lo permita, es que lo distribuyas en dos o tres opciones distintas para así diversificar el riesgo. 

Esta diversificación debe estar directamente relacionada con tu perfil de inversionista

Administrar bien las deudas, es administrar bien la salud

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Tener calma es el primer paso para encontrar una salida a la angustia que genera no poder cancelar a tiempo lo que se debe.

Desde que Camelia, de 40 años, no pudo cancelar como acostumbraba sus cuentas por pagar, empezó a experimentar lo que actualmente muchas personas sufren: estrés por deudas.

Cuando suena el teléfono en su casa, ella se aterra y automáticamente le duele el estómago y la cabeza, porque piensa que son los acreedores que la están llamando. “Nunca me ha gustado deber, pero como me quitaron las horas extras en mi trabajo, esto me causó un desbalance financiero”.

Camelia ha buscado formas de pagar lo que debe, pero no ha podido. Cambiarse de trabajo, dice, sería peor, porque al menos en la empresa donde labora tiene estabilidad. “Lo único que puedo hacer es trabajar para ir pagando poco a poco mis deudas, aunque me tome dos o tres años. Sin embargo, no tengo vida, no me puedo comprar nada y si de diversión se trata, menos”.

Juan Carlos, en cambio, a sus 52 años, dice que ya nada le afecta. Al principio experimentaba mucho estrés a causa de sus deudas, como presión en el pecho, falta de sueño y mal humor, e incluso creía que su vida iba de mal en peor, hasta que encontró una solución.

“A mis tarjetas de crédito le puse seguro de desgravamen por si me muero, al menos las deudas no le quedarán a mi esposa y a mi hijos. Pero eso no significa que sea irresponsable y no las esté pagando, solo que ahora estoy un poquito más relajado”.

Origen del estrés

Para la psiquiatra Julieta Sagnay, directora de la Clínica de la Conducta, el origen del estrés se encuentra en el cerebro, que es el responsable de reconocer y responder de distintas formas a los estresores. “Es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante”.

En realidad, agrega, el estrés es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia y bajo determinadas circunstancias puede desencadenar problemas graves de salud como, por ejemplo, mala memoria, alteraciones en el ánimo, falta de concentración; y en las mujeres, puede producir cambios hormonales, infertilidad, obesidad, sobrepeso, pérdida del cabello, depresión, reducción del deseo sexual, insomnio, enfermedades cardiacas, úlceras gástricas, entre otros síntomas.

Incluso, el estrés crónico también está relacionado con los trastornos de ansiedad y provoca inmunodepresión. Por ende, explica la psiquiatra, las consecuencias terminan siendo fisiológicas, psicológicas y conductuales.

Los llamados estresores o factores estresantes, menciona, son las situaciones desencadenantes del estrés y pueden ser cualquier estímulo, externo o interno (tanto físico, químico, como sociocultural), que, de manera directa o indirecta, propicie la desestabilización en el equilibrio dinámico del organismo. Entre esos se encuentran las percepciones de amenaza, enfermedades, adicciones, problemas económicos, frustraciones, relaciones sociales complicadas o fallidas, entre otras.

“Cuando las deudas o factores económicos generan estrés, le damos un valor psicológico. Es decir que nos calificamos de acuerdo con la cantidad que tenemos o que queremos tener, creemos que cuando tenemos mucho dinero tenemos poder, somos valiosos, importantes, la gente nos quiere o nos toma en cuenta, somos exitosos, entre otros. Por lo tanto, creemos que el dinero es el que nos da nuestro bienestar y felicidad y si no lo tenemos, pensamos que es todo lo contrario”.

Deudas por dinero

Según el psicólogo clínico Jorge Tello, el dinero y el trabajo son los motivos que más estrés producen, ya sea por su abundancia o carencia. Quienes tienen mucho dinero viven preocupados por adquirir más o por no perder lo que tienen; y si no lo poseen, viven preocupados por conseguirlo.

Con el trabajo, en cambio, muchos están preocupados porque laboran más de la cuenta, mientras que otros, porque no tienen empleo. “En ambos casos, el entorno social y familiar se ven involucrados.

Entonces, explica Tello, experimentar estrés por no tener dinero, por falta de trabajo, por deudas adquiridas o por malos negocios, entre otros, afecta la cotidianidad de una persona y la de su entorno familiar.

Por eso, cuando se tienen deudas estas producen preocupación, que al ser mal manejada origina angustia, y si esta a su vez, al no poder cubrir lo que se debe, aumenta, provoca –en algunas personas– situaciones de pánico.

El endeudado, agrega, no alcanza a visualizar una salida. Se siente atado de manos, además responsable o culpable por los cambios que van a producirse en su vida, si no logra cubrir las deudas.

Generalmente, dice, el continuo estrés por deudas no resueltas es el factor desencadenante de la depresión. Cuando una persona está angustiada continuamente no tiene tranquilidad, no descansa, no puede dormir, pierde el apetito y tiende a aislarse.

“Por ello, si alguien con deuda siente que ha llegado el momento en que no puede manejar su angustia, debe darse cuenta de que es tiempo de buscar ayuda de una persona especializada”.

Buscar una salida

Tello recomienda a las personas que están agobiadas por las deudas y no alcanzan a ver una salida, lo primero, no perder la calma. Luego realizar un plan para buscar maneras de pagar las deudas, ya sea haciendo recortes en el presupuesto, cambios en el nivel de vida y, en algunos casos, los hijos deberán cambiarse a estudiar en una institución fiscal o en una privada menos costosa.

También, añade, se pueden modificar los lugares habituales de esparcimiento. “Hay muchas posibilidades que la mayoría de personas no las vieron mientras no estaban agobiadas por las deudas. Incluso, realizar ejercicio físico ayuda a desestresarse”.

Su última recomendación, va dirigida a los familiares, ya que deben aprender a aceptar la situación y a ayudar a la persona deudora a no desalentarse. Deben mostrarle que están con ella en las buenas y en las malas. No recriminarle ni hacerla sentir más culpable de lo que se siente ya por las deudas adquiridas.

Recomendaciones claves

Si su situación económica le provoca estrés, la psiquiatra Julieta Sagnay sugiere:

• Hacer un presupuesto, distinguiendo entre lo indispensable, lo necesario, lo importante y lo prescindible.
• Evitar caer en la negatividad. Esto puede generar altos niveles de ansiedad y llevarlo a tomar decisiones incorrectas.
• Evitar la tendencia a reaccionar exageradamente o a caer en la pasividad.
• Considerar iniciar un tratamiento psicofarmacológico para mejorar los síntomas. El apoyo profesional puede ayudar a manejar el estrés y cambiar los comportamientos nocivos que lo generan.

La Asociación Americana de Psicología también ofrece las siguientes recomendaciones para manejar su estrés relacionado con el dinero:

• Evaluar su situación financiera y las causas de su estrés.
• Tomar apuntes sobre las diferentes formas en que usted y su familia pueden reducir los gastos o manejar sus finanzas con más eficiencia.
• Si tiene problemas pagando las cuentas o manteniendo el control de sus deudas, buscar ayuda llamando a su banco, a la compañía de servicios públicos o de su tarjeta de crédito.
• Identificar las maneras cómo maneja el estrés relacionado con el dinero. Mucha gente es más propensa a tratar de aliviar el estrés con ayuda de actividades nocivas, como fumar, beber alcohol, apostar dinero o comer en gran cantidad.

 

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